Lo Que Hacía Falta

Cornelius R. Stam|Parece que otros siempre cubrían las responsabilidades financieras de los corintios por ellos.

por el pastor Cornelius R. Stam

La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible, y más recientemente su versión en español, Dos Minutos con la Biblia, a los cuales puede suscribirse siguiendo los enlaces anteriores. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.

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Me regocijo con la venida de Estéfanas, de Fortunato y de Acaico, pues ellos han suplido vuestra ausencia. (I Corintios 16:17 - RV1960)

¿No es triste que la iglesia corintia, sin duda la más grande de todas las iglesias fundadas por Pablo, había sido tan poco generosa e insensible, incluso a las necesidades personales de Pablo, que este tuvo que trabajar en la fabricación de tiendas para poder ministrar entre ellos? Ni siquiera proporcionaban para las escasas necesidades del apóstol. Por lo tanto, lamentablemente, él escribe:

Y cuando estaba entre vosotros y tuve necesidad, a ninguno fui carga, pues lo que me faltaba, lo suplieron los hermanos que vinieron de Macedonia, y en todo me guardé y me guardaré de seros gravoso. (II Corintios 11: 9)

No era diferente en lo que se refería a la obra del Señor en general, pues mientras que las iglesias de Macedonia, en «grande prueba de tribulación» y «profunda pobreza», habían dado «conforme a sus fuerzas» y habían deseado dar «más allá de sus fuerzas», el Apóstol tuvo que exhortar a los creyentes corintios a «cumplir» sus promesas de ayudar a «los santos pobres de Jerusalén» y a «poner a prueba… la sinceridad… [de su] amor…» (II Corintios 8:8,11).

Aquellos que suponen que los hombres de Dios deberían recordar a los creyentes que vivan vidas piadosas, que trabajen para Cristo y testifique por él, pero que, por alguna razón, no deberían recordarles su responsabilidad de contribuir de sus medios, deberían leer las cartas de Pablo a los creyentes en Corinto y ver cuánto tiene que decir el apóstol sobre este asunto.

Parece que otros siempre cubrían las responsabilidades financieras de los corintios por ellos, por lo que tuvo que escribir desde Filipos, con un toque de reproche, que se regocijó por la llegada de Estéfanas, de Fortunato y Acaico, ya que: «han suplido vuestra ausencia» (I Corintios 16:17).

En muchos sentidos, la iglesia de hoy es como la Iglesia Corintia de los días de Pablo. Esto seguramente es así en lo que respecta a la administración financiera. Una vez más, son invariablemente pocos los fieles que suplen la ausencia de los muchos. Estos pocos serán ricamente recompensados, pero es nuestro deseo, como era el de Pablo, que un mayor número pueda unirse a estos pocos, tanto para aligerar la carga de estos como para ayudar a alcanzar a los millones de almas perdidas y desorientadas, que tan angustiosamente necesitan una presentación clara del «Evangelio de la gracia de Dios».


Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artículos de Dos minutos fueron escritos hace años por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artículos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: "Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos años, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artículos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, añadiría interés, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artículos de periódico". A esto añadiríamos que lo mismo ocurre con los artículos escritos por otros que seguimos añadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que esté de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artículos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseñan son atemporales.

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