por el pastor John Fredericksen
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation, y más recientemente su versión en español, Transformación Diaria, a los cuales puede suscribirse siguiendo los enlaces anteriores. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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Cuando los soldados están detrás de las líneas enemigas durante la guerra, la comunicación con los oficiales al mando y la artillería es fundamental. Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército de los EE. UU. ordenó a los soldados Ben Yahzee y Charlie Whitehorse que se comunicaran con sus superiores por radio utilizando el «Código Navajo». Se basó en el idioma navajo y contenía un código incrustado en cada mensaje. Incluso otros soldados nativos navajos no pudieron descifrar su significado. Solo estos dos hombres podían interpretar adecuadamente cada transmisión y, a su vez, permitir que sus homólogos actuaran en consecuencia.
Cuando el rey Saúl vio a David como una amenaza a su reinado, lo persiguió con un ejército de soldados entrenados, con la intención de matarlo. David no había hecho nada para merecer tal trato. Había sido un súbdito leal y valioso. Mientras David y sus hombres se escondían en una cueva, Saúl entró solo. Esta era la oportunidad de David para matar al que buscaba su vida y ascender al trono. Sus hombres incluso lo instaron a hacerlo, interpretando esta circunstancia como que Dios cumplió una promesa a David: «… entrego a tu enemigo en tu mano…» (I Samuel 24:4 - RV1960). Sin embargo, David tuvo mucho cuidado de no interpretar al azar sus circunstancias según el consejo de otros hombres, ni según sus emociones, que seguramente lo habrían llevado a vengarse por motivos de autoconservación. En cambio, les dijo a sus hombres que sería incorrecto que él matara al rey ungido del Señor (I Samuel 24:6,10). David fue sabio al decidir no interpretar la voluntad de Dios simplemente por sus circunstancias. Él creía en los principios de la Palabra de Dios esencialmente prohibía «hacer tal cosa contra mi señor» (I Samuel 24:6). Él creía que Dios ya había revelado Su voluntad en Deuteronomio 32:35-36, cuando el Señor explicó: «Mía es la venganza y la retribución… Porque Jehová juzgará a su pueblo…» Esto significaba que sería incorrecto que David se vengara de este malhechor de dentro de su nación. En cambio, David entregó a Saúl al Señor y confió en que Él se ocuparía de sus necesidades presentes.
En los círculos cristianos de hoy se ha vuelto común que los creyentes interpreten casi con ligereza la voluntad de Dios mediante sus emociones, el consejo de otros, o por circunstancias que a menudo son manipuladas según las propias preferencias. ¡Hay una mejor manera! Al igual que David, necesitamos desarrollar un patrón para interpretar la voluntad de Dios mediante la Palabra de Dios. Estamos detrás de las líneas enemigas en el territorio de Satanás, donde es esencial interpretar la voluntad de Dios con precisión, a través de las cartas de Pablo. Confía en la Palabra de Dios para darte una dirección clara y luego actúa en consecuencia.
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