por el pastor John Fredericksen
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation, y más recientemente su versión en español, Transformación Diaria, a los cuales puede suscribirse siguiendo los enlaces anteriores. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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En 2015, la película American Sniper, retrató la vida del Navy Seal Chris Kyle. Chris se ofreció como voluntario para servir en la guerra de Irak y se convirtió en el francotirador más eficaz de la historia de Estados Unidos. Él y un pequeño equipo serían arrojados detrás de las líneas enemigas. Se posicionarían en áreas estratégicas y dispararían contra quienes representaran una amenaza para los soldados estadounidenses, protegiendo así innumerables vidas. Chris sirvió con distinción y un profundo sentido del deber hacia su país y sus compañeros soldados. También se puso repetidamente en peligro al ofrecerse como voluntario para cuatro períodos de servicio antes de regresar a casa.
Cuando Pablo trató de animar al joven Timoteo mientras ministraba en Éfeso, lo instó: “… sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo” (II Timoteo 2:3 - RV1960). En la época de Pablo, todo el mundo en el Mediterráneo estaba muy consciente de los soldados romanos que conquistaban territorios e imponían la tiranía de Roma. Los soldados romanos eran personas extremadamente duras. Eran luchadores expertos con espadas, lanzas, escudos y más. También tenían que transportar más de sesenta libras de equipo, más tres días de raciones, mientras marchaban con frecuencia de 15 a 20 millas por día. Estos soldados a menudo corrían peligro mientras servían a voluntad de su César. Con este ejemplo en mente, Pablo instó a Timoteo a ser un buen soldado de Jesucristo. Ni Timoteo, ni nosotros, debemos esperar que el camino cristiano sea fácil ni exento de sacrificios y peligros. Timoteo debía verse a sí mismo como un soldado del líder más grande que jamás haya existido, el Señor Jesucristo. Debía servir a Su gusto, luchar por Su causa y tratar de conquistar a otros con Su Evangelio de Gracia. Esto significaría llevar atentamente el peso del ministerio a lo largo de los años, sentir carga por las almas perdidas y ayudar a los creyentes a crecer en su fe. Timoteo necesitaba una mentalidad para soportar voluntariamente las dificultades sin abandonar nunca la batalla. Esto significaría enfrentar la oposición con “la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (Efesios 6:17), y tener cuidado de no enredarse “en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado” (II Timoteo 2:4).
Querido creyente, ¿te consideras un soldado de Cristo? ¿Te has armado con una mentalidad de dureza y sacrificio? En el momento en que confiaste en Cristo como Salvador, fuiste alistado en Su ejército. Sirve con distinción y honor como un buen soldado.
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