por el pastor Paul M. Sadler
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible, y más recientemente su versión en español, Dos Minutos con la Biblia, a los cuales puede suscribirse siguiendo los enlaces anteriores. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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Lectura bíblica:
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio (Efesios 4:11-13 - RV1960)
Pablo nos advierte acerca de aquellos que, ya sea consciente o inconscientemente, difunden doctrina errónea entre nosotros. Vivimos en una época en la que algunos hermanos parecen considerar importante encontrar algo nuevo. Por supuesto, no es nuestra intención desanimar a nadie en cuanto a ejercer un “espíritu bereano”. Sin embargo, se debe tener cuidado de no socavar los cimientos sobre los que descansa nuestra fe. Hacemos bien en recordar que la “Declaración Doctrinal” que nuestros antepasados forjaron para nosotros fue producto de un intenso debate con los líderes denominacionales de su época. Cada punto de la declaración fue cuidadosamente elaborado como defensa y confirmación de los Fundamentos de la fe y del evangelio de Pablo. Por lo tanto, no nos apresuremos a cuestionar aquellas cosas que son “probadas y verdaderas”.
A estas alturas, hay quienes nos dicen que los “dones” de evangelistas, pastores y maestros o los pastores-maestros ya no funcionan hoy. Algunos incluso han llegado a decir que los “dones” habilitadores también han pasado. Esto va en contra de nuestra “Declaración Doctrinal”, que nos ha sido de gran utilidad durante más de cincuenta años. Dice:
“Los dones necesarios para el ministerio del Cuerpo de Cristo son los enumerados en Efesios 4:7-16. De ellos, hoy solo están en funcionamiento los dones de evangelistas y pastores-maestros. Todos los dones de señales del período de Hechos, como lenguas, profecía y sanidades (I Corintios 12:1-31), siendo de carácter temporal, han cesado (I Corintios 13:8-11)”.
Aquí en Efesios, una de las últimas epístolas de Pablo, el apóstol establece el tono para el curso de esta dispensación. Claramente, el contexto de esta porción se refiere a los dones que Dios ha dado a Su Iglesia. Es cierto que los dones de “apóstoles” y “profetas” pasaron con la finalización de la Palabra de Dios (I Corintios 13:8-13 cf. Colosenses 1:25). Una vez dispensada la Palabra de Dios, estos dos oficios y los hombres dotados que los desempeñaban no eran esenciales. Ahora tenemos algo mucho mejor, la revelación escrita que nos transmitieron, que debe ser obedecida en cuestiones de fe y práctica.
No hay indicación alguna, en absoluto, de que los dones de los evangelistas, pastores y maestros alguna vez hayan sido retirados. De hecho, Pablo declara claramente su propósito: “A fin de perfeccionar [guiar a la madurez] a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,”. ¿Y hasta cuándo continuará esto? “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento [Gr. epignosis — pleno conocimiento] del Hijo de Dios” (Efesios 4:13).
Seguramente, no se podría decir que alguna vez ha habido un período en la historia de la Iglesia, pasado o presente, en el que “se ha alcanzado la unidad de la fe”, y mucho menos un “pleno conocimiento” del Hijo de Dios. Pero esto es exactamente lo que se nos pide que creamos; es decir, se ha alcanzado la unidad de la fe. Quizás deberíamos someter esto a la prueba de Berea.
Creación: Algunos creen que Dios creó todas las cosas en seis días literales de veinticuatro horas. Otros enseñan la “teoría de la ruina y la reconstrucción” de que Dios creó, destruyó y recreó. Esto se conoce comúnmente como la “teoría de la brecha”, que sitúa millones o miles de millones de años entre la creación original y la recreación.
Redención: la batalla se ha librado durante siglos sobre si Cristo murió por los pecados de toda la humanidad o simplemente por los pecados de los escogidos. ¿En cuál crees?
Lo que vendrá: Es bien sabido que hay quienes creen que los eventos cubiertos en el Libro del Apocalipsis son completamente futuristas. Muchos cuestionarían esta afirmación por considerarla absurda. Enseñan que los primeros capítulos del Apocalipsis describen las diversas etapas de la historia de la Iglesia hasta la actual era “Laodicea”. Si estamos de acuerdo en que hay dos campos de interpretación sobre cualquier tema bíblico, entonces todavía tenemos que llegar a la unidad de la fe.
No hay ni una pizca de evidencia de que la “unidad de la fe” jamás haya sido alcanzada por todos. Incluso en los días de Pablo, los santos blandían la espada del Espíritu unos contra otros (II Timoteo 1:15 cf. II Timoteo 2:17-19). Además, debemos preguntarnos: ¿Ha llegado la Iglesia a un conocimiento pleno del Hijo de Dios? Es decir, de Su persona, obra y ministerio celestial presente. Responderemos a esta pregunta con otra: ¿La Iglesia, que es su Cuerpo, ha reconocido la predicación de Jesucristo según la revelación del Misterio?
La “unidad de la fe” y el “pleno conocimiento” de Cristo es una meta puesta ante nosotros que nunca se alcanzará por completo hasta el Rapto. Por tanto, la responsabilidad de los dones de Dios para su Iglesia es proclamar todo el consejo de Dios a la luz de las epístolas paulinas. ¿Para qué? ¡Para que los santos sean confirmados en la fe!
También hay un lado experiencial en esta verdad. Cuando Dios me llamó al ministerio hace casi treinta años, fue definitivo. Otros pastores han testificado de experiencias similares, lo que confirma que “irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios” (Romanos 11:29). ¡Cuidado con aquellos que quieren robarte esta preciosa verdad!
Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artículos de Dos minutos fueron escritos hace años por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artículos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: "Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos años, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artículos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, añadiría interés, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artículos de periódico". A esto añadiríamos que lo mismo ocurre con los artículos escritos por otros que seguimos añadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que esté de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artículos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseñan son atemporales.
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