¿Es Más Importante El Mensaje Del Evangelio O El Mensaje Dispensacional?

Don Hosfeld|Esta pregunta nos la hacen a menudo aquellos que sienten que estamos causando división a través de nuestra enseñanza doctrinal.

por el pastor Don Hosfeld

La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible, y más recientemente su versión en español, Dos Minutos con la Biblia, a los cuales puede suscribirse siguiendo los enlaces anteriores. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.

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“¿Qué es predominantemente importante en tus enseñanzas, el mensaje del evangelio o el mensaje dispensacional? ¿Y cuál de ellos trae salvación?”

Esta pregunta nos la hacen a menudo aquellos que sienten que estamos causando división a través de nuestra enseñanza doctrinal. Pero debemos preguntarnos: ¿causar división es la prueba adecuada de lo bueno o de lo malo? ¿Malo o bueno? ¿No dijo Cristo mismo: “¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino disensión [división]” (Lucas 12:51 cf. Mateo 10:35 - RV1960) Y ciertamente causó división (cf. Juan 7:40-43; 9:16; 10:17-21). El hecho es que la verdad divide; siempre lo ha hecho y siempre lo hará, y a menos que no compartamos la verdad, no se puede hacer nada para evitarlo.

Es la verdad del evangelio la que divide al no creyente del creyente, y la verdad también creará división dentro de la iglesia, y con razón. Sin embargo, las Escrituras no echan la culpa a quienes dicen la verdad; en cambio, la responsabilidad recae directamente en aquellos que la rechazan: “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos” (Romanos 16:17). Aquí vemos que aquellos “que causan divisiones” son los que no se adhieren a la doctrina correcta.

Sin duda, el mensaje más vital que cualquier creyente puede compartir es el evangelio, porque “es el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree” (Romanos 1:16; 4:5). Pero los miembros del Cuerpo de Cristo están llamados a hacer más que compartir el evangelio con los no salvos. Estamos llamados a edificar la iglesia y compartir “todo el consejo de Dios” (Hechos 20:27). Si un individuo salvo pregunta acerca de la Palabra de Dios o pide consejo sobre el bautismo, el diezmo, la santificación, el Rapto o cualquier otra doctrina de vital importancia, un creyente no debería preocuparse más por la división resultante que por compartir la verdad, ni deberíamos considerar necesario que el tema exclusivo de nuestras conversaciones sea únicamente el evangelio.

La voluntad de Dios es que todos sean salvos “y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4). Por eso Pablo dijo: “Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza” (1 Timoteo 4:13), deseando que seamos “nutrido[s] con las palabras de la fe y de la buena doctrina” (1 Timoteo 4:6), y nos advirtió: “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello” (1 Timoteo 4:16). Para hacer esas cosas, mandó: “que prediques la palabra… redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” (2 Timoteo 4:2). Podemos y debemos hablar la verdad en amor “para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina” (Efesios 4:14).


Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artículos de Dos minutos fueron escritos hace años por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artículos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: “Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos años, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artículos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, añadiría interés, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artículos de periódico”. A esto añadiríamos que lo mismo ocurre con los artículos escritos por otros que seguimos añadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que esté de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artículos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseñan son atemporales.

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