por el pastor John Fredericksen
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible, y más recientemente su versión en español, Dos Minutos con la Biblia, a los cuales puede suscribirse siguiendo los enlaces anteriores. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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Ya sea que nos demos cuenta o no, a todos nos afecta la gente con la que pasamos el tiempo. Sus actitudes, filosofías, lenguaje y espiritualidad (buenas o malas) tienden a contagiarnos, incluso si no nos damos cuenta. El Señor nos advierte sobre esto en 1 Corintios 15:33 (RV1960): “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”. Esto no es cierto solo para los jóvenes. Es cierto para los creyentes de todas las edades. Quizás no queramos pensar que esto nos podría pasar a nosotros, pero el Señor nos anima a no dejarnos engañar acerca de este importante principio.
David se dio cuenta de lo fundamental que era rodearse del tipo correcto de personas con mentalidad espiritual. Su testimonio fue: “Soy compañero de todos los que te temen y de los que guardan tus preceptos” (Salmos 119:63). Intencionalmente, eligió minimizar el tiempo que pasaba con los impíos, o aquellos con una mentalidad solo algo espiritual, y maximizar su tiempo con creyentes verdaderamente dedicados. Hacerlo le animó continuamente a caminar en pos del Señor con un corazón puro y no según los caminos del mundo.
El apóstol Pablo debe haber adoptado este principio también en su vida. Al leer sus cartas, es fácil ver la estrecha relación que mantuvo con muchos santos que verdaderamente vivían para el Señor. Lucas, Aquila y Priscila, Filemón, Tito y Timoteo son solo algunos de los que menciona con quienes tuvo comunión constante. En contraste, ni Pablo ni David pasaron mucho tiempo con los perdidos o impíos, a menos que fuera con el ministerio en mente.
No estamos sugiriendo que los creyentes se alejen de los no salvos o se conviertan en ermitaños. Tenemos instrucciones y ejemplos de lo contrario. Aprendemos de II Corintios 5:20 que “somos embajadores en nombre de Cristo” con el ministerio de la reconciliación o, en otras palabras, la misión de compartir un claro evangelio de gracia con todos los que podamos. De manera similar, Efesios 3:9 nos dice que la misión de Pablo también era “aclarar a todos cuál sea la dispensación [comunión] del misterio”. Nosotros también debemos tener esta meta de buscar compartir con todos el evangelio de la gracia y las gozosas nuevas del programa secreto de gracia de Dios, que es distinto de aquel que pertenece a Israel y la Ley Mosaica. Por lo tanto, debemos tener un acercamiento a los demás con mentalidad ministerial.
El equilibrio adecuado a encontrar debe ser seguir manteniendo un ministerio externo, pero limitando nuestro tiempo con los perdidos, los que no tienen una mentalidad espiritual o incluso los que tienen una mentalidad marginalmente espiritual. Es importante que no erremos acerca de cómo los demás nos influyen y, por lo tanto, elijamos, como David y Pablo antes que nosotros, hacer amigos y compañeros de aquellos que tienen una mentalidad tan espiritual que seremos continuamente alentados en el Señor. ¿Es relevante con quién pasamos tiempo y cuánto tiempo pasamos con ellos? ¡Ciertamente lo es! Que Dios nos ayude a cada uno de nosotros a cultivar el mejor tipo de amistad: aquellas con creyentes dedicados, de mentalidad espiritual y de fe igualmente preciosa.
Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artículos de Dos minutos fueron escritos hace años por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artículos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: “Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos años, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artículos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, añadiría interés, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artículos de periódico”. A esto añadiríamos que lo mismo ocurre con los artículos escritos por otros que seguimos añadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que esté de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artículos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseñan son atemporales.
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