por el pastor John Fredericksen
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation, y más recientemente su versión en español, Transformación Diaria, a los cuales puede suscribirse siguiendo los enlaces anteriores. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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Un líder mormón le preguntó a un hombre de veintiún años si consideraría emprender un compromiso misionero de dos años. Este hombre dijo: “Quisiera ir, pero no soy digno”. El líder preguntó: “¿Quién determinó eso?” Él respondió: “Yo”. El líder también preguntó a una madre si asistiría a la boda de su hija que se celebraba en el templo. Ella respondió: “Me gustaría, pero no soy digna”. Volvió a preguntar: “¿Quién determinó eso?” Ella dijo: “Yo”.
Se desarrolla una escena majestuosa cuando Juan es conducido al cielo para ver el trono de Dios. A la derecha del trono hay “un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos” (Apocalipsis 5:1 - RV1960). “Un ángel fuerte” pregunta: “¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?” (Apocalipsis 5:2). Cuando nadie es digno de abrir el libro, Juan llora mucho porque anhelaba conocer su contenido. Luego los ancianos le dicen a Juan que “el León de la tribu de Judá” ha prevalecido. Los ancianos se postran ante el “Cordero” diciendo: “Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos” (Apocalipsis 5:5-6, 9). El versículo 12 repite: “El Cordero… es digno”. Pero, ¿por qué el Señor Jesucristo es digno de tal alabanza? Su descripción como el León de Judá, descendiente de David, se relaciona con Su deidad, identificándolo como Aquel prometido por Dios Padre. Pero también se le llama “Cordero como inmolado” (Apocalipsis 5:6). Isaías 53 prometió un Redentor divino que llevaría los pecados de Israel para que todos los judíos pudieran ser considerados aceptables ante Dios Padre. Apocalipsis 5:9 confirma: “porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido [a Israel] para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación”. Juan es testigo de las huestes del cielo, humanos y cientos de miles de ángeles, como un enorme coro, adorando al Salvador cantando “un cántico nuevo” (Apocalipsis 5:9). Da alabanza y gloria al Señor Jesucristo porque fue digno de abrir este libro misterioso. Era y es digno de toda alabanza. Observe también que la atención no está en Cristo en el pesebre, sino en Cristo que murió por la humanidad y, sin embargo, resucitó triunfalmente.
Si las huestes del cielo exaltan al Salvador con cánticos de alabanza y adoración, ¡nosotros también deberíamos hacerlo! Sigue hoy cantando alabanzas a tu Salvador resucitado por Su pago por los pecados y su majestuosa deidad. Él es digno.
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