por el pastor John Fredericksen
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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Conocemos a un joven cristiano, sin ambiciones de encontrar un empleo regular, que todavía vive en casa con sus padres. En cambio, tiene una completa satisfacción de vivir de los demás. Cuando animamos cuidadosamente a este cristiano a unirse a un hermano que trabajaba en Walmart, este individuo nos dijo claramente: “No necesito dinero”. Explicamos que todo el mundo necesita dinero para comida, transporte, vivienda, ropa y simplemente para seguir las instrucciones de las Escrituras. Sin embargo, este no se inmutó y se enojó porque sugeríamos la necesidad de trabajar.
Las Escrituras son muy claras y consistentes en la instrucción de que todo creyente físicamente capacitado debe ser trabajador en el área del empleo remunerado. Cuando algunos creyentes en Tesalónica dejaron de trabajar, Pablo les dijo que debían procurar “tener tranquilidad… y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado” (I Tesalonicenses 4:11 - RV1960). Cuando no hicieron caso a esta instrucción, la repitió, diciendo: “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (II Tesalonicenses 3:10). Observe que en ambos casos, la instrucción de Pablo de que todos trabajaran no fue solo una sugerencia. Fue “ordenado”. ¿Por qué es esto tan importante? El trabajo es el diseño de Dios para satisfacer responsablemente las propias necesidades. Estos versículos establecen claramente que a quienes eluden la responsabilidad de trabajar no se les debe permitir comer. Proporcionarles comida solo favorece su comportamiento incorrecto. Otro propósito de Dios se revela en Efesios 4:28 “… trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad”. Ya sea dando para promover la obra del Señor o para ayudar a los creyentes con necesidades genuinas, Dios nos instruye a trabajar. Incluso las viudas jóvenes deben trabajar porque de lo contrario “… aprenden a ser ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y entremetidas, hablando lo que no debieran” (I Timoteo 5:13). El trabajo ayuda a prevenir otros patrones de comportamiento incorrectos al ocupar el tiempo con actividades saludables. Las Escrituras también están llenas de instrucciones que explican claramente lo malo que es ser “perezoso” o flojo (considere Proverbios 18:9; 24:30; Eclesiastés 10:18, y muchos más).
Si Estás trabajando responsablemente, eres digno de elogio. Sigue adelante. Si no es así, es hora de demostrar verdadera espiritualidad y madurez poniéndote manos a la obra. Si mantiene a alguien que no quiere trabajar, retire esa manutención hoy. Dios lo “ordenó” a través de las cartas de Pablo.
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