por el pastor John Fredericksen
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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Una familia que conocemos tiene dos hijos tan diferentes como el día y la noche. Cuando alguien contaba un cuento fantástico, el hijo lo miraba con expresión sorprendida, y crédulo, decía: “¿En serio?” Era cómico y sorprendente lo crédulo que podía ser. Por el contrario, cuando se tejía y presentaba una historia aún más convincente, casi instantáneamente la hija menor hacía una mueca y decía: “¡Oh, sí, claro!” Era difícil engañarla. Ella era bastante astuta para detectar algo que no era cierto.
El apóstol Juan escribió a sus compañeros santos del Reino, diciendo: “Amados, no creáis a todo espíritu [refiriéndose a los verdaderos motivos y mensajes de los maestros humanos], sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (I Juan 4:1 - RV1960). A Juan le preocupaba que estos creyentes judíos fueran demasiado crédulos. Se les había advertido acerca de los falsos maestros que negarían “… que Jesucristo ha venido en carne…” (I Juan 4:2). Les dijo “… ahora ya está en el mundo” (I Juan 4:3). A menos que fueran muy cuidadosos, serían “… fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error” (Efesios 4:14). Entonces Juan les dijo que “probaran los espíritus” de quienes les enseñaban. Esta siempre ha sido la instrucción de Dios para Sus hijos. A nosotros, el Cuerpo de Cristo, se nos exhorta: “examinadlo todo; [y] retened lo bueno.” (I Tesalonicenses 5:21) y estar continuamente “comprobando lo que es agradable al Señor” (Efesios 5:10). Pero ¿cómo pueden los santos probar los espíritus, examinar todas las cosas y comprobar lo que es agradable? La respuesta simple es comparar cualquier cosa enseñada con la verdad de la Palabra de Dios. Nuestro “estándar de oro” por el cual debemos medir todas las cosas es “… ¿Qué dice la Escritura?” (Gálatas 4:30). Los santos de Berea fueron ejemplares “pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11). Al igual que cuando inspeccionas la carne buscando alguna posible contaminación, “si hay alguna duda, deséchala”.
Como vemos en las referencias anteriores de Pablo, el peligro de los falsos maestros también es real para nosotros hoy. Ten cuidado de no ser crédulo al tragarte cualquier doctrina hasta comprobar si es consistente con los escritos del apóstol Pablo.
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