por el pastor John Fredericksen
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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En los últimos meses, el padre de mi esposa ha tenido una serie de problemas cardíacos que requirieron la implantación de diferentes marcapasos. Después de dos operaciones de bypass anteriores, había motivos justificados para preocuparse por él. Entonces, cuando lo vemos o lo llamamos, frecuentemente le preguntamos: “¿Cómo está tu corazón hoy?”
La condición del corazón es tan importante en el ámbito espiritual como lo es en el ámbito físico. Es por esta razón que las Escrituras dicen tanto sobre el corazón y por eso Salomón escribió: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23 - RV1960). La condición espiritual del corazón determinará cómo uno responde al Señor y, en última instancia, tendrá un gran impacto en cada uno de nosotros en la eternidad.
Dado que Dios no quiere “que ninguno perezca” (II Pedro 3:9) y alumbra, o atrae hacia sí, a todo hombre que viene al mundo (Juan 1:9)1, todos tienen la opción de ser salvos del castigo eterno. El Señor busca con cada individuo hacer lo que hizo con Lidia, a quien “el Señor abrió el corazón” (Hechos 16:14): llevarlo a una decisión personal de fe salvadora en el Señor Jesucristo. Sin embargo, debido a que muchos resisten y rechazan este cortejo interno del Señor, permanecen como algunos a quienes Pablo escribió en la epístola romana: “Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y… del justo juicio de Dios” (Romanos 2:5).
Afortunadamente, muchos eligen abrir sus corazones a la salvación que Dios ofrece. Innumerables personas “de corazón limpio invocan al Señor” (II Timoteo 2:22). Huestes de creyentes hoy buscan dejar atrás la práctica regular del pecado porque han “obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados” (Romanos 6:17). Diariamente, la mayoría de los creyentes siguen un camino que agradará al Señor porque “con corazón sincero, temiendo a Dios… [eligen servir] a Cristo el Señor…” (Colosenses 3:22-24). Muchos creyentes están “de corazón haciendo la voluntad de Dios” (Efesios 6:6). Quienes eligen ese camino lo hacen porque eligen guardar su corazón “sobre toda cosa guardada”. Lo hacen asimilando regularmente la Palabra de Dios y aplicando la verdad adecuadamente a la forma en que viven cada día.
Por supuesto, es posible que un creyente elija un camino de vida pecaminosa. Cada creyente puede optar por permitir que su corazón se enfríe ante las cosas del Señor. Para aquellos que lo hacen, el apóstol Pablo advirtió que, aunque aún sean salvos, podrían alcanzar una condición espiritual de tener “el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios… por la dureza de su corazón” (Efesios 4:18). Tal condición es el equivalente espiritual de un bloqueo del corazón. Sabiendo que como creyentes “todos compareceremos ante el tribunal de Cristo… [y] cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí” (Romanos 14:10,12), corresponde a cada creyente mantener un corazón blando, receptivo al Señor.
Querido creyente, ¿cómo está tu corazón hoy, en un sentido espiritual? Si has tomado decisiones pecaminosas en el pasado que han endurecido tu corazón, puedes elegir abrir la puerta de tu corazón y comenzar a vivir para el Señor nuevamente. Puedes empezar hoy. Puedes comenzar a leer las Escrituras nuevamente, hablar con el Señor en oración y buscar una iglesia donde se enseñen fielmente las verdades de la Palabra de Dios. Si tu corazón ha estado siguiendo fielmente al Señor, “alabado sea su nombre”. Que todos tratemos de aplicar el sabio consejo de Salomón: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida”.
Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artículos de Dos minutos fueron escritos hace años por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artículos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: “Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos años, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artículos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, añadiría interés, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artículos de periódico”. A esto añadiríamos que lo mismo ocurre con los artículos escritos por otros que seguimos añadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que esté de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artículos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseñan son atemporales.
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