El Dios De Toda Consolación

Paul M. Sadler|Cualquier prueba y tristeza que puedas encontrar en la vida, Dios quiere que sepas que Ɖl es el Padre de misericordias y el Dios de toda consolación.

por el pastor Paul M. Sadler

La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.

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(Un extracto de Revelación Volumen 3, por Paul M. Sadler)

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que estÔn en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios (2 Corintios 1:3,4)

Cualquier prueba y tristeza que puedas encontrar en la vida, Dios quiere que sepas que Ɖl es el Padre de misericordias y el Dios de toda consolación. Pero, ¿exactamente cómo nos consuela el SeƱor en nuestro momento de necesidad? Lo hace de maneras Ćŗnicas en esta administración de Gracia.

Es reconfortante saber que, debido a que tenemos una relación personal con Cristo, podemos hablar con nuestro Padre celestial sobre todas las cosas que estÔn en nuestro corazón. La oración es comunicación con Dios. Es el canal a través del cual lo finito tiene acceso a lo infinito. Habiendo sido aceptados en el Hijo amado de Dios, tenemos acceso a hablar con Dios en cualquier momento. AdemÔs, cuando meditamos en las Escrituras, Dios muchas veces nos consuela a través de Su Palabra escrita.

A menudo, el SeƱor nos consuela trayendo a alguien a nuestras vidas para animarnos. Muchas veces es un creyente quien ha experimentado la misma adversidad que nosotros enfrentamos. El mundo puede ser despiadado en sus ataques cuando defendemos fielmente la verdad. Esto explica algunos de los sufrimientos que soportamos por la causa de Cristo.

Luego estÔn esas ocasiones en las que nos consuela la llegada de buenas nuevas. QuizÔs tome la forma de pruebas de diagnóstico que resultan negativas o una respuesta a la oración.

TambiƩn es reconfortante saber que el pueblo del SeƱor nos mantiene ante el trono de la Gracia en nuestra hora de necesidad. Es tranquilizador darnos cuenta de que no necesitamos llevar nuestras cargas solos.

Cuando finalmente somos liberados de nuestra aflicción, cualquiera que sea la forma que adopte, Dios nos da un ministerio muy especial. Ahora estamos en condiciones de consolar a quienes estÔn sufriendo. El Señor no nos consuela simplemente para que estemos cómodos, sino para que también podamos consolar a otros. Habiendo pasado por aflicción nosotros mismos, podemos relacionarnos mejor con lo que otra persona estÔ enfrentando.

Recuerdo que hice una visita al hospital cuando uno de los hermanos de nuestra asamblea local pasó por allí. Durante el transcurso de la conversación, compartió cómo, años antes, él había tenido la misma cirugía que iba a tener el que estÔbamos visitando. Casi de inmediato tuvo toda la atención del paciente. Nada de lo que hubiera dicho podría haber ministrado mÔs eficazmente que el testimonio de ese querido hermano en Cristo.

Considere por un momento la grandeza de Dios. Ɖl es el Creador y Sustentador de todas las cosas en el cielo y en la tierra. Cuando miramos hacia el cielo nocturno, vemos la obra de Su mano; los cielos son inmensos y reflejan su gloria (Salmos 19:1). Ɖl creó las galaxias de estrellas que salpican los cielos y le dio un nombre a cada una de ellas. Tal poder y conocimiento, como dijo David, estĆ”n mĆ”s allĆ” de nuestra comprensión (Salmos 139:1-6; 147:5). Pero este mismo Dios, que estĆ” sobre todo, se ha interesado personalmente en ti y en mĆ­ (Salmos 8:4). ¡Eso es gracia!

Como el tejedor que teje un hermoso tapiz, Dios estÔ creando metódicamente para la Iglesia hoy una imagen de su propósito divino. Debido a que actualmente estamos en el lado equivocado de la eternidad, las cosas pueden resultar difíciles de entender. Pero pronto todas las cosas se aclararÔn cuando seamos arrebatados a la gloria de Su presencia y veamos el tapiz terminado de Su gracia


Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artĆ­culos de Dos minutos fueron escritos hace aƱos por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artĆ­culos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: “Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos aƱos, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artĆ­culos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, aƱadirĆ­a interĆ©s, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artĆ­culos de periódico". A esto aƱadirĆ­amos que lo mismo ocurre con los artĆ­culos escritos por otros que seguimos aƱadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que estĆ© de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artĆ­culos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseƱan son atemporales.

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