por el pastor John Fredericksen
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
ver original
Un querido creyente nos dijo una vez que Dios no responde la oración hoy. Su creencia era que la intervención de Dios era cosa del pasado para Israel y que “la oración de hoy es principalmente para hacernos sentir mejor”. El resultado de ese pensamiento era predecible en su vida. Reconoció que rara vez oraba y dijo: “Mi tiempo de oración es mi estudio bíblico”.
Este concepto de oración nos desanima a pasar tiempo en oración y hace que nos perdamos muchas bendiciones del Señor pretende para nuestra vida. A lo largo de las cartas de Pablo, compartió repetidamente su testimonio de que nunca dejó de ofrecer oración por sus necesidades y las necesidades de aquellos a quienes guió al Señor (por ejemplo, Colosenses 1:9; Efesios 1:16-19). Incluso instruyó a aquellos a quienes buscaba fundamentar en la sana doctrina a que hicieran lo mismo: “Orad sin cesar” (I Tesalonicenses 5:17). Además, un estudio bíblico no debe considerarse oración. Cuando Pablo oró, dijo: “… doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo” (Efesios 3:14). Su oración fue una comunicación oral al Señor, ya sea hablada u ofrecida en silencio. La oración era entonces, y es ahora, importante como acto de adoración. El Señor nos instruye a acudir a Él en oración para que tengamos el beneficio de Su intervención en nuestras necesidades. Si no aprovechamos al Señor en oración, sólo nos hacemos daño a nosotros mismos. Santiago 4:2 lo expresa de esta manera: “… no tenéis… porque no pedís”. Está muy claro en varias Escrituras que Dios responde la oración e interviene en nuestras vidas en la Dispensación de la Gracia. Cuando Pablo desesperaba por su vida debido a la persecución, les dijo a los santos que estaban “… cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración” (II Corintios 1:11). Pablo aseguró a los filipenses: “Porque sé que por vuestra oración… esto resultará en mi liberación” (Filipenses 1:19). Pablo instruyó a los creyentes a orar por las autoridades gubernamentales “… para que vivamos quieta y reposadamente…” (I Timoteo 2:2). Esta paz implícita y circunstancial podría lograrse invocando la intervención de Dios. Pablo ofreció oración porque creía que Dios “… es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos…” (Efesios 3:20). Esto incluyó intervenir con misericordia en la vida de Epafrodito cuando estaba “enfermo de muerte” (Filipenses 2:27).
Creyente, no dejes de tener por no pedir. Dios puede intervenir en tus circunstancias cuando oras. A partir de hoy, haz de la oración tu primera respuesta a los problemas y tu práctica constante.
0 Comentarios