por el pastor John Fredericksen
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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El himno “Él da más gracia”, de Annie J. Flint, tiene potentes palabras de aliento que nos ministran a todos nosotros: “Él da más gracia a medida que nuestras cargas crecen, Él envía más fuerzas a medida que aumentan nuestros trabajos; A las aflicciones añadidas añade su misericordia; a muchas pruebas multiplica la paz. Cuando… nuestras fuerzas han fallado antes de que el día haya terminado, cuando llegamos al final de nuestros recursos acumulados, la entrega total de nuestro Padre apenas ha comenzado. Su amor no tiene límites, su gracia no tiene medida, su poder no tiene límites conocidos por los hombres: porque de sus infinitas riquezas en Jesús, Él da, da y vuelve a dar”.
Este himno se basa en la verdad de una breve frase de Santiago 4:6 (RV1960): “Pero él da mayor gracia”. Los judíos creyentes, a quienes Santiago escribió estas palabras, enfrentaban grandes dificultades. Estaban bajo persecución de judíos incrédulos que los odiaban por su fe en el Señor Jesús. Estos creyentes también anticiparon siete años de persecución mucho mayor antes del regreso de su Salvador para vencer a sus enemigos antes del Reino Milenario. Sumado a todo esto, lucharon, como lo hacemos nosotros hoy, con una vieja naturaleza caída que hacía muy difícil vivir piadosamente. En los versículos anteriores, Santiago los reprendió por luchas internas dentro de sus iglesias (Santiago 4:1), falta de oración (Santiago 4:2), oración con motivos equivocados (Santiago 4:3), mundanalidad inapropiada (Santiago 4:4) y el reconocimiento de que “… El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente” (Santiago 4:5). ¿Cuál fue la respuesta para derrotar estas tendencias pecaminosas? Santiago les dijo que, en medio de todas sus luchas, Dios les da mayor gracia. Necesitaban confiar en eso. De manera similar, cuando el apóstol Pablo estaba agotado por la persecución y la obra del ministerio, llegó al fin de sus recursos humanos cuando persistía un doloroso “aguijón en la carne” (II Corintios 12:7). Tres veces pidió al Señor que le quitara esta enfermedad física. La respuesta del Señor fue: “… Bástate mi gracia” (II Corintios 12:9).
En cada dispensación, en cada situación y para cada santo, la gracia fortalecedora de Dios es nuestra mayor necesidad en nuestros momentos más difíciles. Si estás pasando por un divorcio, dificultades en el trabajo, una enfermedad agotadora, angustia emocional u otras dificultades, recuerda: “… Él da mayor gracia”. Dedica suficiente tiempo a la Palabra de Dios, a la oración y a la comunión con el pueblo de Dios. Pídele específicamente a Dios su gracia fortalecedora. Puede que no elimine tu prueba, pero te dará mayor gracia.
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