por el pastor John Fredericksen
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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Los tres años anteriores a que este escritor ingresara a la escuela secundaria, llovió tan poco que prácticamente no teníamos cultivos que cosechar. Los bancos estaban embargando muchas granjas que habían pertenecido a familias durante generaciones. Pero mi padre no se rindió. Consiguió el mejor trabajo que pudo encontrar. Trabajaba toda la noche, volvía a casa a dormir unas cuatro horas y luego trabajaba en la granja hasta la hora de partir para su trabajo nocturno. A menudo me preguntaba dónde encontró la fuerza y la resolución, pero siguió insistiendo.
Cuando el apóstol Pablo escribió su segunda epístola a los creyentes de Corinto, ya había experimentado muchas pruebas severas. Pero él no abandonó su ministerio por el Señor. Podría decir: “Estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos” (II Corintios 4:8-9 - RV1960). Les dijo a los santos que “… aunque… nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día” (II Corintios 4:16). Al pasar tiempo cada día en la Palabra de Dios, fue “transformados… como por el Espíritu del Señor” (II Corintios 3:18). Fue este tiempo de renovación espiritual diaria lo que impidió que el apóstol Pablo se rindiera desanimado y pudiera seguir trabajando en la causa de Cristo. Pero hubo tres cosas que motivaron a Pablo a ser fiel. Él escribió: “Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos…” (II Corintios 4:1-2). Vio el ministerio que el Señor le dio como un verdadero privilegio y responsabilidad. La gente contaba con él y el Señor contaba con él. Así que necesitaba seguir trabajando a pesar de las dificultades. Pablo tampoco olvidó nunca que Dios le había concedido su divina misericordia. Era un pecador culpable que sólo merecía la ira de Dios. Pero en misericordia, el Señor lo salvó y le confió el ministerio. Por lo tanto, era su servicio razonable permanecer fiel. En tercer lugar, Pablo había cultivado una carga genuina por las almas perdidas (Romanos 9:1-3; 10:1), porque se dio cuenta de la gravedad del castigo eterno, incluso si los perdidos no lo sabían. Por eso, nunca dejó de intentar alcanzar a las personas con el evangelio.
¿Te has cansado de la fidelidad, del ministerio o de tratar de alcanzar a los perdidos? No te rindas. Permite que estas tres cosas te motiven a permanecer fiel y renovar tus fuerzas a través de un tiempo devocional diario.
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