por Cornelius R. Stam
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica semanalmente en su sitio web artículos devocionales con el nombre More Minutes with the Bible. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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Que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad, como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros, quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu. (Colosenses 1:6-8 - RV1960)
Un querido consiervo
Epafras era evidentemente el evangelista a quien Pablo había enviado a Colosas para proclamar el evangelio de la gracia de Dios, y que ahora había regresado para contarle a Pablo los maravillosos resultados. En realidad a Pablo no le sorprendió que ya se hubiera fundado allí una iglesia con un grupo de creyentes regocijándose en Cristo, pues el evangelio produce “fruto” dondequiera que va.
Todo esto plantea una situación muy interesante y un punto muy debatido. ¿Llegó realmente el evangelio de la gracia de Dios, proclamado por Pablo, a “todo el mundo”, como dice aquí?
La iglesia profesante
Al apóstol Pablo se le encomendó la mayor revelación de todos los tiempos. Se llama “el misterio” o “secreto”, y se dio a conocer mediante “la revelación de Jesucristo”. Es el gran “propósito eterno” de Dios, y a Pablo se le confió, en relación con este secreto sagrado, “la dispensación de la gracia de Dios”. Su ministerio reemplazó al de Pedro y los once. Los líderes de los Doce, incluido el propio Pedro, dieron reconocimiento solemne a este mismo hecho al darles a Pablo y Bernabé “la diestra en señal de compañerismo”, reconociendo la comisión divina de Pablo de ir a los gentiles. Estuvieron de acuerdo en que, dado que la nación favorecida aún no había recibido su mensaje, limitarían su ministerio a su propia nación. Léelo en Gálatas 2:2-9.
Ahora bien, en relación con esta comisión, Pablo también fue el “ministro” divinamente designado para la iglesia de esta dispensación actual, llamado en Colosenses 1:18,24, el Cuerpo de Cristo. Ningún otro escritor de la Biblia tiene una sola palabra que decir acerca de la Iglesia que es el Cuerpo de Cristo. Ninguno de los otros apóstoles la menciona. No sólo buscaríamos en vano tal fraseología en sus escritos, sino que buscaríamos en vano cualquier discusión sobre el tema, porque no discuten la Iglesia de la cual los creyentes hoy son miembros. Pero Pablo, que escribió más libros de la Biblia que cualquier otro escritor, trata consistentemente aquellas verdades que conciernen a la Iglesia, que es Su Cuerpo. Es triste decir que esta gran revelación y las gloriosas verdades asociadas con ella se han perdido en gran medida para la Iglesia profesante.
El segmento más grande de esta iglesia ignora estos hechos, aunque están claramente establecidos en su propia Biblia. Insiste en que la verdadera Iglesia de hoy es la perpetuación de la que fue fundada por Cristo mientras estuvo en la tierra. Y coherente con esto, sostiene que está trabajando para cumplir la llamada gran comisión dada a Pedro y a los once, requiriendo el bautismo en agua para la remisión de los pecados y afirmando poseer poderes milagrosos.
La iglesia protestante, aunque se jacta de estar libre de la tiranía clerical o religiosa, de ninguna manera ha emergido por completo de las sombras de la edad oscura. Ella también todavía se aferra a la enseñanza tradicional de que la Iglesia hoy es la perpetuación de aquello a lo que nuestro Señor se refirió en Mateo 16 cuando dijo: “Sobre esta roca edificaré mi iglesia” (Mateo 16:18).
La Iglesia Protestante en general, cree que la Iglesia es el reino de Dios en la tierra. Ella también busca llevar a cabo la llamada gran comisión, la comisión dada a Pedro y a los once, aunque a medias, porque no puede decidir si el bautismo en agua es o no necesario para la remisión de pecados, y también está confundida y en desacuerdo sobre si posee o no los poderes milagrosos de la llamada gran comisión.
Cada criatura bajo el cielo
En lugar de reconocer el carácter distintivo de la posición de Pablo como nuestro apóstol, la mayoría de los protestantes piensan en él simplemente como uno de los apóstoles, junto con Pedro y los once. En esto, la Iglesia protestante ha asumido una posición muy débil. Porque si se considera a Pablo como uno de los doce, se puede probar fácilmente que Pedro, y no Pablo, fue nombrado jefe. Simplemente lea Mateo 16:19 y varios otros pasajes, especialmente en el libro de los Hechos. Dado que la cristiandad se ha desviado tanto y durante tanto tiempo de la gran revelación paulina, ha perdido de vista casi por completo la inmensidad del ministerio de Pablo, su influencia y el grado en que ella llegó a ser conocida en el mundo.
Un ejemplo de esto se encuentra en lo que los eruditos bíblicos en general han hecho con Tito 2:11. Se acepta correctamente que “epifanía”, la palabra original para “aparecido” en este versículo, significa un “resplandor” conspicuo o ilustre. Y que la frase “todos los hombres” no significa cada individuo, individualmente, sino todos los hombres colectivamente, toda la humanidad. Pero pocos pueden creer que, todavía bajo el ministerio de Pablo, el evangelio de la gracia de Dios brilló para toda la humanidad, o que su proclamación alguna vez llegó a ser mundial. Concluyen que Pablo no pudo haber querido decir eso. Y entonces cambian este versículo para que diga que la gracia de Dios, que trae salvación para todos, ha aparecido, cuando en realidad eso no es lo que dice. Dice lo que la Biblia Textual dice:
Porque la gracia salvadora de DIOS fue manifestada a todos los hombres (Tito 2:11)
Ahora bien, aparte de la declaración de Pablo en Tito 2:11, hay una gran cantidad de evidencia bíblica de que este mensaje brilló a todo el mundo conocido.
Todas las naciones, todo el mundo y toda la creación
Antes de entrar en esa evidencia, hay tres frases utilizadas en la llamada gran comisión dada a los once, que luego se convirtieron en doce, que indican un alcance mundial en ministerio.
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones… (Mateo 28:19)
Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura [griego, toda la creación] (Marcos 16:15)
Tres frases importantes: todas las naciones, todo el mundo, toda la creación. Acuérdate de ellas, porque luego las retomaremos.
Los Doce apóstoles fueron enviados a todas las naciones con su evangelio del reino. La bendición tenía que ir a “todo el mundo” a través de Israel, con Cristo como Rey, y cuando esto se completara, esto es lo que Mateo 24:14 dice que sucedería:
Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
Ahora sabemos que el “fin” de esa administración ni siquiera ha llegado todavía. Esa dispensación fue interrumpida por Dios, y debido a que la nación favorecida rechazó al Rey y Su reino, Dios encerró ahora a toda la humanidad en incredulidad, para levantar a otro apóstol, Pablo, enviándolo con “el evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24).
“Se ha dado a conocer a todas las gentes [naciones]”
Seguramente nadie aunque sea superficialmente familiarizado con el libro de los Hechos o las epístolas de Pablo, cuestionaría el hecho de que algún tiempo después de la comisión de nuestro Señor a Pedro y a los once, Pablo fue enviado como apóstol de Cristo para proclamar el evangelio a toda la humanidad.
Es muy significativo que los tres términos — todas las naciones, todo el mundo, toda la creación — empleados en la comisión a Pedro y los once, indicando su alcance mundial, también se usan en las epístolas de Pablo en relación con su ministerio. Sólo que, mientras que los doce nunca llegaron a todas las naciones, a todo el mundo y a toda la creación con su mensaje, Pablo llegó con el suyo. Al cerrar su epístola a los Romanos, dice:
Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, SE HA DADO A CONOCER A TODAS LAS GENTES para que obedezcan a la fe (Romanos 16:25,26)
Ahí lo tienes. Ahora se ha manifestado y dado a conocer a todas las naciones. En Colosenses 1:6,23 Pablo habla, como hemos visto, a estos colosenses acerca de “la verdad del evangelio”:
Que ha llegado hasta vosotros, así como a TODO EL MUNDO, y lleva fruto… que habéis oído, el cual se predica en TODA LA CREACIÓN que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.
Ahí tienes esas tres frases nuevamente: todas las naciones, todo el mundo, toda la creación. Se pueden presentar argumentos para demostrar que el evangelio de la gracia de Dios en realidad no alcanzó a todo el mundo ni a toda la creación. No negamos que para aquellos a quienes se refiere “todo el mundo”, significaría sin duda todo el mundo conocido, y “toda la creación”, significaría igualmente toda la creación tal como ellos la conocían. Pero el punto es – ahora entiendan esto cuidadosamente – que cualquier cosa que estos términos signifiquen en la llamada gran comisión a Pedro y los once, deben significar lo mismo en estas declaraciones de Pablo, porque los términos son exactamente idénticos en el original. Y como hemos visto, Pedro y los Doce no llevaron su mensaje a todo el mundo, a todas las naciones y a toda la creación, pero Pablo sí.
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