Dictadura Espiritual – II Corintios 1:23-24

John Fredericksen|Una cosa es guiar, animar o ayudar a otros en su vida cristiana, pero es sencillamente incorrecto enseñorearse abusivamente de la propia autoridad sobre los demás. Hacerlo conduce al error, al orgullo, al cumplimiento crédulo y a muchas otras cosas que no honran al Señor.

por el pastor John Fredericksen

La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.

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Mientras me preparaba para el ministerio, asistí a una universidad cristiana legalista muy estricta. Mientras estuve allí, acepté trabajar como guardia de seguridad en su extensa galería de arte. Cuando me contrataron, pedí los domingos libres, afirmando que según tenía entendido en las Escrituras no debía trabajar los domingos. La galería de arte fue el proyecto favorito del canciller. Cuando se enteró de mi petición, se enojó muchísimo y casi hizo que me echaran de la escuela. Difícilmente podía creer este trato por parte de mis compañeros cristianos, especialmente porque fui respetuoso, directo en mi solicitud y cumplí con lo que en ese momento creía que era bíblicamente correcto.

El enfoque habitual del apóstol Pablo era razonar, instruir e incluso rogar a los creyentes que se eleven a un estándar digno de su Salvador. Aunque tenía autoridad apostólica exclusiva y única, normalmente trataba a los santos con ternura. Debido a que no se veía a sí mismo como un dictador espiritual, expresó su perspectiva de esta manera: “No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes” (II Corintios 1:24 - RV1960). Los trató con humildad, igualdad, ternura y libertad. Qué contraste con los falsos maestros que abusaban de los creyentes en la iglesia de Corinto. Pablo les dijo: “Porque de buena gana toleráis a los necios… Pues toleráis si alguno os esclaviza, si alguno os devora, si alguno toma lo vuestro, si alguno se enaltece, si alguno os da de bofetadas.” (II Corintios 11:19-20). Estos creyentes estaban permitiendo que otros los esclavizaran con el legalismo, consumieran sus bienes, les robaran su libertad en Cristo, ejercieran sobre ellos una autoridad falsa y los abusaran físicamente. La conducta de estos falsos maestros se asemeja al enfoque incorrecto de las denominaciones, los sínodos y el Papa, que buscan establecer un dominio espiritual sobre la gente de hoy. Una cosa es guiar, animar o ayudar a otros en su vida cristiana, pero es sencillamente incorrecto enseñorearse abusivamente de la propia autoridad sobre los demás. Hacerlo conduce al error, al orgullo, al cumplimiento crédulo y a muchas otras cosas que no honran al Señor.

Si eres un líder en la obra del Señor, te instamos a tener cuidado al tratar con a los demás con humildad y buscar ser ayuda para el gozo de otros creyentes. Alentamos a todos los demás a permanecer firmes en nuestra libertad de cualquier jerarquía religiosa abusiva.

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