por el pastor John Fredericksen
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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Cuando llegué recientemente a recoger a nuestras nietas gemelas de dos años y medio, recibí una gran bienvenida. Dijeron mi nombre, me dieron un gran abrazo no solicitado y se sentaron en mi regazo. Luego tomaron al abuelo de la mano y me llevaron hasta la puerta. Estas niñas, a quienes dimos vida a través de nuestra hija, me causaron gran alegría de corazón.
Cuando el apóstol Pablo se dirigió a los santos de Corinto, que él había conducido a Cristo, les dijo: “… somos vuestra gloria, así como también vosotros la nuestra, para el día del Señor Jesús” (II Corintios 1:14 - RV1960). Es sorprendente la frecuencia con la que las Escrituras instan a los santos a servir al Señor en esta vida para tener el gozo de la recompensa en el más allá. El Salvador instó a Israel: “… haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan” (Mateo 6:20). Cuando estos santos judíos tuvieron sólo un andar “tibio”, que no sirvió de mucho para prepararse para la recompensa eterna, se les dio una reprensión. El Salvador dijo: “… tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido… y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre… te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y [tendrás] vestiduras blancas para vestirte…” (Apocalipsis 3:17-18). Si bien estos santos judíos tenían una esperanza en el reino terrenal, el principio de servir al Señor con miras a la recompensa eterna es el mismo para nosotros hoy en el Cuerpo de Cristo. El apóstol Pablo le dijo a Timoteo “A los ricos de este siglo manda… Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras… atesorando… buen fundamento para lo por venir…” (I Timoteo 6:17-19). Todos los creyentes necesitan servir a Cristo para tener la recompensa reservada en la eternidad. A esto se refería Pablo cuando les dijo a los corintios que ellos serían su regocijo en el Día de Cristo. Asimismo, les dijo a los Tesalonicenses: “¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida?” (I Tesalonicenses 2:19)? Estos santos que Pablo condujo a Cristo representaron la certeza de la recompensa eterna y el gozo futuro para él.
¿Te regocijarás por una rica recompensa en el cielo porque serviste al Salvador y guiaste a otros a la salvación? Las riquezas en la eternidad son mucho más importantes que las riquezas en la tierra. Pongámonos ocupados trabajando para el Señor hoy.
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