por el pastor John Fredericksen
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation, y más recientemente su versión en español, Transformación Diaria, a los cuales puede suscribirse siguiendo los enlaces anteriores. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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Durante los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro, Islam el-Shehaby, un competidor de judo, se negó a estrechar la mano de su oponente israelí. Estaba bajo presión de islámicos, egipcios y familiares para que abandonara el partido para no ser visto como “un traidor y un normalizador a los ojos de su pueblo”. De manera similar, el boxeador sirio Ala Ghasoun se negó a pelear contra un atleta israelí porque “eso significaría que yo, como atleta, y Siria, como Estado, reconocemos al Estado de Israel”.
El antisemitismo es una hostilidad, prejuicio o discriminación contra los judíos. Puede ser practicado por individuos, grupos o gobiernos. En todas sus formas, el antisemitismo tiene su origen en Satanás. Apocalipsis 12:3 (RV1960) se refiere a “un gran dragón escarlata”, claramente identificado en el versículo 9 como “Satanás”, quien dirigió a un tercio de la hueste angelical en rebelión (Apocalipsis 12:4). Satanás siempre ha tenido un odio especial hacia los judíos e históricamente ha sido el poder detrás de los esfuerzos antisemíticos para perseguir y matar a todo Israel. Usó a Amán para convencer al rey de que emitiera un edicto para matar a todos los judíos (Ester 8-10). En un momento, el linaje real, a través del cual vendría el Rey Redentor, quedó reducido a un solo niño (II Reyes 11:1-3). Satanás también usó a Herodes para intentar matar al Salvador poco después de Su nacimiento (Mateo 2). Desde la mitad hasta el final de la Tribulación, el dragón escarlata, goteando la sangre de los judíos creyentes, llevará una ola de antisemitismo sin precedentes a un nuevo nivel. Sus esfuerzos intensificados serán su respuesta después de que sea arrojado de su dominio en los cielos atmosféricos. Sabrá “que tiene poco tiempo” (Apocalipsis 12:12). Con “gran ira” perseguirá a todos los judíos (Apocalipsis 12:12). Algunos de los redimidos en Israel serán escondidos sobrenaturalmente en “el desierto” durante tres años y medio (Apocalipsis 12:6,14). Para los judíos creyentes que queden, las fuerzas de Satanás avanzarán con venganza para “hacer guerra” contra ellos y matarlos (Apocalipsis 12:17). Como mentiroso y acusador de los santos, Satanás engañará al mundo, haciéndole creer que el verdadero pueblo de Dios está engañado y es peligroso. Esto traerá oleadas de traiciones, torturas y muertes (Mateo 24:9-10).
Hoy debemos estar extremadamente agradecidos de que experimentamos poca persecución significativa por nuestra fe, de que seremos arrebatados antes de que los juicios de Dios caigan sobre el mundo, y antes de la ira de Satanás sobre los creyentes. Tampoco debemos caer en la trampa satánica del racismo, en ningunas de sus formas.
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